domingo, 20 de enero de 2013

Votarás por nosotros, Dios lo quiere


Federico Ruiz W.
Politólogo

San Marcelino Champagnat, fundador de los Hermanos Maristas, nació en los años de la revolución francesa. A sus 15 años, llegó un sacerdote y sin más le dijo algo como: "Marcelino, serás sacerdote, Dios lo quiere". Marcelino se hizo sacerdote.

Hacia finales del siglo XIX, en Costa Rica, como respaldo al gobierno del dictador José Joaquín Rodríguez y como respuesta a las políticas liberales, nación el Partido Unión Católica del Clero de Costa Rica. Su doctrina era confesional y buscaba el apoyo de los ciudadanos a través del poder de la Iglesia.

Justo por el papel que jugó este partido, se reformó la Constitución Política y se incluyó una norma que prohibe a las personas hacer propaganda política valiéndose de motivos religiosos. Como la religión es un asunto de fe, es muy complicado tener un sistema democrático donde personas busquen votos, siguiendo la "fórmula Champagnat", o alguna de sus derivadas: "vota por nosotros porque Dios lo quiere", "votar por aquellos es votar contra Dios", "Dios está con nosotros, no con los otros", "aquellos incumplen los mandamientos de Dios, nosotros los defendemos".

¿Cómo se hace campaña contra Dios y las creencias arraigadas de la gente de bien que hacen caso a su pastor? Eso es algo muy complicado, especialmente con una población con una cultura cívica bastante pobre. De hecho, permitir algo así nos alejaría de la democracia, para pasar a ser una teocracia, donde lo que manda es una moral teísta y no una humanista.

Hoy, no tenemos un partido que parta o use la religión desde el catolicismo, pero si lo hay desde los sectores protestantes. Tienen fuerza y votan en línea. El discurso y la acción política de sus representantes están claramente orientados por motivos religiosos, en contraposición a lo dispuesto en el párrafo último del artículo 28 de nuestra Constitución Política.

Parece que un abogado presentó un recurso de amparo contra la existencia de estos partidos. No se cuál es el derecho fundamental violentado, aunque sí puedo ver que exista una violación a la Constitución con el accionar (no se si con la existencia), de dichas agrupaciones. En cualquier caso, en materia electoral es el Tribunal Supremo de Elecciones el llamado a resguardar que la religión (sea cual sea), se utilice como medio para el accionar político de cualquier partido. ¿Cómo se verifica que al César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios?

Lo que sí se, es que la sola existencia de partidos que muevan masas a partir de creencias religiosas es un atraso, es antidemocrático y debe combatirse, porque claramente mi Dios es más fuerte que el tuyo, y si ese es el punto de partida, no vamos a llegar nunca a ningún lado.

No hay comentarios: