martes, 1 de diciembre de 2009

¿Lo vamos a dejar?

¿Lo vamos a dejar?


Federico Ruiz W.

Politólogo


La campaña política finalmente ha calentado. Recurriendo a los ataques indiscriminados, el ultraderechista Movimiento Libertario, con Otto Guevara a la cabeza, ha logrado aumentar su caudal electoral, dejando atrás al Partido Acción Ciudadana y a un Ottón Solís, que reniega de la autocrítica para enmendar su propuesta de campaña tan poco efectiva.


Queda claro entonces, que la comptencia será entre la liberacionista Laura Chinchilla y el libertario Guevara. Es frente a esas dos únicas opciones, que las y los costarricenses debemos centrar nuestra atención, a la hora de decidir quién asumirá las riendas del país por los próximos cuatro años. Vale por tanto comparar las ideas de ambos, para decidir cuál Costa Riqca queremos.


Doña Laura ha dicho que continuará y redoblará esfuerzos para ampliar programas exitosos del gobierno de don Oscar Arias como “Avancemos”, para mantaner a los jóvenes en las aulas y no en las calles. Otto Guevara ha dicho sobre esos proyectos, que más bien deben eliminarse, porque dice que la gente pobre preferirá recibir la plata que salir adelante y terminar los estudios.


Del lado liberacionista, se encuentra el equipo de materia de seguridad ciudadana más exitoso en las últimas décadas, empezando por la propia candidata que sí sabe del tema, lo ha estudiado y lo ha trabajado. Con personas del calibre de Fernando Berrocal, ese equipo ha logrado los decomisos del tráfico internacional de drogas más grandes en nuestro país. La verdadera seguridad ciudadana es prioritaria para doña Laura.


El candidato Guevara, se ha hecho de la vista gorda en materia de tráfico de drogas. De hecho, al revisar sus 15 puntos sobre seguridad, no hay ni uno solo sobre narcotráfico. Así como tampoco, cuando fue diputado, y a pesar de haber presentado más de 150 proyectos de ley, ni uno solo fue sobre seguridad ciudadana. De más está decir, que uno de los puntos principales de la filosofía libertaria es que cada quien haga de su cuerpo lo que le plazca, por lo que la libre venta y consumo de drogas no debería ser sancionado.


Mientras que doña Laura ha propuesto seguir con el aumento de las pensiones del régimen no contributivo, o un plan nacional para el cuidado de niños y adultos mayores, los libertarios defienden la tesis de que no debe ser obligatorio contribuir a la Caja Costarricense del Seguro Social, sino que cada quien se defienda como pueda, según sus recusos económicos.


En el tema del medio ambiente, Laura Chinchilla propone una agenda basada en el desarrollo sostenible y la protección de nuestros recursos naturales, para utilizarlos de forma inteligente y sin daño al ecosistema. Guevara y su partido promueven que el Estado no interfiera en el cuido de esos recursos (desaparición de parques nacionales), sino más bien que las zonas protegidas sean vendidas y que cada dueño se haga cargo por mantener su pedazo de tierra.


Ante esas políticas libertarias, que buscan eliminar las grandes conquistas sociales históricas de este país, debemos preguntarnos si vamos a dejar que Otto Guevara siga creciendo, o apostamos por mejorar un Estado social, con Laura Chinchilla a la cabeza. Debemos ir a votar por una Costa Rica próspera, segura y solidaria, porque el riesgo para todos nosotros, de no hacerlo, es muy alto.


martes, 10 de noviembre de 2009

Palabras sobre moción de censura a EEUU

Lo que a continuación podrán leer, son las palabras dadas el 18 de mayo de 1965. por don Francisco Ruiz Fernández, diputado en la Asamblea Legislativa. Esta reproducción la sacó nuevamente don Paco en mayo de 1990 a propósito de la caída del Muro de Berlín.

Parece apropiado sacarlas del baúl de los recuerdos nuevamente y con cierto sentimiento de tristeza de pensar que ahora, si acaso hay dos o tres diputados que se atreven a sostener posiciones de forma tan vehemente, con sentido común y al contrario de las modas dominantes...

Federico Ruiz
Politólogo

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(...) Esas publicaciones, a raíz de la "conversión" del comunismo en Europa del este, me mueven a reproducir, resumidas, palabras que dije en la Asamblea Legislativa hace 25 años. Las tomo de la crónica de LA NACION del 23 de mayo de 1965. Página 12.

Sin absurdas pretensiones de intelectual ni de político, pero, al cabo, -hombre que vivió su vida-, me satisface hacerlo, pues agradezco infinito Dios permitirme constatar que no andaban divorciados de la verdad, sobre el tema, mi pensamiento sincero y mi actitud definida.

Alajuela, mayo de 1990.

CABOS SUELTOS
Pronunció: Francisco Ruiz
San José, 18 de mayo de 1965

PALABRAS EN LA ASAMBLEA LEGISLATIVA CON MOTIVO DE UNA MOCION DE CENSURA CONTRA E.E.U.U. POR SU INTERVENCIÓN EN REPÚBLICA DOMINICANA

Señor Presidente y Señores Diputados:

Conocida como es mi posición inquebrantable de oponerme a toda proposición que, como la que hoy discute la Asamblea, se sale abiertamente de los límites de su acci{on propia, invade un campo que no es el suyo y, sobre todo, ocupa las actividades de la Asamblea en asuntos que ningún resultado práctico van a dar, ni dentro ni fuera del país, mi actitud ha sido de silencio durante todos estos largos 22 días en que la Asamblea Legislativa, como si no tuviera otra cosa más útil que hacer, se ha dedicado a calcular, a leer cables y a hacer comentarios, que estarían muy bien en el campo particular de cada uno de nosotros, porque todos somos lilbres de gastar nuestro tiempo según nos plazca y de mantener criterios, buenos o malos, sobre las actuaciones que en resto del mundo suceden. Pero, aquí, sigue siendo una mala práctica, práctica inútil, como se ha hecho evidente, más que nunca, en esta oportunidad.

Han sido veintidós días de la Asamblea ocupados en discutir lo que pasa en República Dominicana, sin tener siquiera, un conocimiento claro de lo que allá ocurre, pues ni los que van ni los que vienen han podido establecerlo, ni los cables que llegan son suficientemente claros;: pero han dado oportunidad para que quienes se sienten en la moda latinoamericana, tan fácil y tan sabrosa, de hablar mal de los Estados Unidos, se hayan dado el gusto de hacerlo, y de hacerlo por todos los poros de su cuerpo y de su conciencia.

Por esos motivos, mi actitud fue simplemente la de limitarme a votar en forma negativa esta moción, así como la anterior y como cualesquiera otras que llegaren a presentarse en el mismo sentido, en cuanto tiendan a aprovecharse del momento para lanzar piedras contra el amigo, para olvidar los beneficios recibidos y para propiciar no sabemos que política en lo internacional.

Las cosas han llegado a un punto en que, más sobre ideas, la discusión ha degenerado al campo personal. Ya aquí, si no se está con la idea de los autores y de los voceros de la moción, se es un ser despreciable y digno de toda clase de insultos. Por ese motivo, creyendo que la Asamblea no debe perder tiempo en estas cosas, me veo, no obstante, obligado a hacer uso de la palabra para no aprobar con mi silencio lo que se ha dicho en ese sentido.

Soy respetuoso absolutamente, desde mi campo liberal, de todas las opiniones de los demás, cualesquiera sean esas opiniones y por más opuestas que estén a las que yo sustento. Por eso he oído, tranquilo y sereno, cuanto se ha expresado, me parezca bien o mal, en la esperanza de que esta discusión terminara y saliéramos de este "impasse" que tanto tiempo ha hecho perder a la Asamblea y tanto dinero al país. Pero no podemos callar cuando se nos insulta, cuando se nos ofende, cuando se nos trata de llevar a una picota, porque no queremos o no podemos pensar como, los que creen tener la razón.

Es necesario, entonces, fijar nuestra posición, porque no tengo paciencia suficiente como para soportar, según se dijo ayer, que por cobardía, por negocios inconfesables con las embajadas extranjeras, o por entreguismo, esté en la posición en que me encuentro, contra la moción que se discute.

El señor Diputado Tattenbach Yglesias, en su exposición de ayer, calificó de cobardes a quienes no pensamos como él en este asunto. Dijo que somos pusilánimes, que es lo mismo. Pusilánimes porque solo vemos peligro comunista en el problema de República Dominicana y no vemos otros problemas que él si ve: como que los Estados Unidos puedan llegar a ocupar, para su beneficio, la América Latina y, puesto que formamos parte de ella, como costarricenses debemos defendernos de ese peligro. Pienso, por el concepto sincero y profundo que tengo de los Estados Unidos que ese país no es capaz de la amenza que teme el señor Tattenbach. Creo que si ha tenido que hacer un acto de violencia, que nadie aplaude, en principio, cuando solo se piensa en los derechos de los pueblos libres, si todavía no se ha podido calificar a conciencia esa actuación, no es justo el cargo de cobardía que se nos hace. En estos momentos en que están de moda ciertas cosas en nuestros países, se necesita de más valor para decir, franca y claramente que se es amigo de los Estados Unidos que para decir que se es amigo de los países socialistas. Se necesita de más valor para decir que se cree en una democracia que tiene a veces, necesidad de actuar en la forma en que sus enemigos la obligan, que para decir, muy fácilmente, que no deben las democracias levantar la mano en defensa de sus derechos y de su propia existencia, porque entonces se está actuando tan mal como los paises socialistas, a los que se combate desde la democracia.

No acepto el cargo de pusilánime por cuanto pienso que no está la Asamblea Legislativa de Costa Rica en el derecho de entrar a calificar, juzgar y condenar a Estados Unidos, por su actuación en República Dominicana. Y no es que acepte y bendiga el que haya habido desembarco de marines de esa República. Como hombre de leyes respeto los pactos y creo que deben hacerse cumplir. Pero también las leyes, los contratos y las cosas más legales dan lugar a actos de hecho, cuando una emergencia así lo demanda. Tengo el sagrado derecho de vivir en mi casa y de defenderla a como haya lugar. Si alguien llegara a querer prenderle fuego, a tiros la defendería de quien pretendiera hacerme ese daño. Pero cuando se está quemando la casa del vecino y hay peligro de que se quemen las de los otros vecinos, si la mía es la inmediata, los bomberos, sin pedirme permiso, entran y la destruyen y tengo que aceptarlo y soportarlo, como una medida salvadora de lo que más interesa en el momento.

Eso precisamente es lo que puede estar ocurriendo en República Dominicana. Y como el señor Diputado Tattenbach preguntaba ayer dónde estaba el peligro comunista, dónde se veía ese peligro, yo, contesto que el peligro está en la isla de Cuba, tan cerca de República Dominicana; y si es necesario, por desgracia, sacrificar la independencia o la absoluta libertad, o es necesario hollar el territorio de República Dominicana, para evitar que el resto del Continente se infeste del incendio que está quemando a la República de Cuba, yo bendigo a los bomberos que han lelgado a esa República a evitar ese incendio.

La actitud, sincera y clara, de quienes nos oponemos a esta clase de mociones, y de esta que es exclusivamente antiamericanista, no es cobardía, lo es de valor en el ambiente que priva alrededor de estas cosas. Los Estados Unidos tendrán que explicar muy bien al mundo lo que han hecho, pero condenarlos desde ahora es injusto y yo no lo hago de mi parte.

A las personas de leyes, -como modestamente es mi caso-, se nos hace el cargo de cerrar los ojos, o de querer cerrarlos, ante lo que los partidarios de esta moción consideran como la ruptura, la caída, el descalabro del Sistema Interamericano. No quiero pensar que los señores Diputados que por cualquier motivo sean adversarios de los Estados Unidos, puedan olvidar que fue ese país poderoso, ese coloso del Norte que tantos llaman, ese temerario poderío del Norte que algunos temen, el que más empeñó en su creación y el que con su concurso técnico y económico, y con el respaldo de su fuerza indiscutible como potencia mundial, ha hecho que el Sistema Americano haya podido subsistir, y aun que se pudiera crear. De manera que si ellos mismos, y precisamente porque son un país organizado, porque son un país de ley y de respeto, un país en donde se defiende la persona humana y se le da todo el campo de acción, porque es el país más libre del mundo, en donde se respetan todas las ideas que los hombres tengan de Dios, en cual se creé y se confía, y hay libertado para adorarlo; a ese país no le temo yo como invasor que venga a Hispanoamérica a hacer diablos de zacate, a conquistar terrenos para dejárselos bajo su bota y su dominio, como sí está ocurriéndole hoy a la tristemente recordada República de Cuba.

De manera que si hay una actitud que aclarar de aprte de los Estados Unidos, no creo que sean ellos quienes vayan a deshacer un sistema jurídico inteamericano, que tanto han contribuido, a construir, a mantener y defender.

No puedo votar la moción, y lamento que un estimable compañero de Asamblea, por cuanto así pensamos y así vamos a actuar, haya tenido la osadía de llamarnos entreguistas: entreguistas y negociantes con la Embajada Americana. Dichosamente mi pobreza y mi pequeñez no pueden dar lugar a pensar que pueda haber vinculación de negocios entre alguna embajada del mundo y este modesto ciudadano.

Y en cuanto al cargo de entreguista, que es tan duro como el de vendepatrias, para mi es una especie de adelanto de lo que puede ocurrir en Costa Rica si llegaren a prevalecer, por desgracia, los criterios socialistas, esos criterios que tanto se defienden desde esa extrema izquierda, en donde, por sólo el hecho de pensar distinto se nos llama vendepatrias y entreguistas.

¿No podría yo, si me tomara el derecho de juzgar, pensar que es entreguismo servir de cabeza de puente al comunismo para que, a través de ideas socialistas, se vaya ablandando el terreno de estos países que todavía tenemos la suerte de vivir bajo un régimen democrático? ¿No sería, también calificable de entreguismo el hecho de quienes piensan que las democracias tiene que ser inermes y ni siquiera en defensa propia deben levantar un dedo ni disparar un tiro, aun cuando las invaden fuerzas contrarias?

Esas actitudes podrían dar base para un calificativo de entreguismo hacia el otro lado; pero mi conciencia y mi respeto al criterio ajeno me inhiben hacerlo, y si lo he dicho esta tarde es solo para demostrar que no tienen base ni razón quienes nos juzgan tan dura, tan cruel y tan audazmente, porque no pensemos como ellos.

Señores Diputados: Deseo para Costa Rica, ahora y siempre, para la Costa Rica de mis hijos y mis nietos, una patria democrática, una patria libre, en dodne el hombre puedan pensar y decir como quiera; una patria que, como hoy, si es necesario, tenga el apoyo de un coloso del Norte, que entre otras cosas no impida a los diputados de Costa Rica, -que no quieren a los Estados Unidos porque quieren otra cosa-, gritar contra ese coloso del Norte cuanto les viene en gana, seguros de que nada les va a ocurrir por ese motivo. Y pienso en qué harían esos diputados, si estuviéramos bajo un régimen como el que priva en Cuba y quisieran hablar y gritar contra los chinos comunistas o contra los rusos comunistas.

Señores Diputados: Quiero para mi patria un país libre; no quiero a Costa Rica sometida en una zona de influencia como están los países del este de Europa. No quiero para Costa Rica una segunda Cuba. Y si por desgracia algún día, -Dios no permita que tal suceda-, tuviéramos aquí una infiltración comunista extranjera que venga a querer implantar su régimen, -porque debo advertir, que si el pueblo costarricense, por su gusto o por su interés, mayoritariamente quiere ser comunista, yo, que soy absolutamente anticomunista, me doblegaré ante la voluntad de ese pueblo y respetaré su decisión-, pero si son fuerzas extracontinentales o vienen por influencia de Cuba, o de otros de esos paísecitos cogidos por el comunismo, los que quieran implantarnos a la fuerza un régimen marxista-leninista, y si todavía hay marines que quieran venir a Costa Rica a salvarnos de esa peste, yo estaré al lado de esos marines y aplaudiré su acción; porque prefiero eso a la odiosa invasión comunista que liquida al hombre, que deshace la libertad, que sujeta a los pueblos para explotarlos y exprimirlos y en la cual, los que no piensan como los amos no tienen más esperanza que el paredón.

Ni entreguistas ni cobardes. Todos tenemos derechoa a adoptar una actitud; respeto las de todos los demás tanto como pido respeto para la mía.
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lunes, 9 de noviembre de 2009

¿Le daría trabajo?

Después de ver esta hoja de vida, ¿le daría trabajo a don Paco Ruiz?



Gracias a mi Tía Eugenia, quien se encontró este documento, me pude enterar de más cosas de la vida de mi bisabuelo, don Francisco Ruiz, a quien le está dedicado este blog.

Un profundo orgullo que me anima a tener una vida de servidor público en la que al final también pueda decir: "ni envidioso, ni envidiado".

martes, 20 de octubre de 2009

El error de la diputada

Federico Ruiz W.
Politólogo

Mientras veo un debate apasionado, vehemente, con cierta picardía en el Congreso español sobre los presupuestos del Estado, no puedo más que lamentar la calidad del debate político en Costa Rica.

¿Podrá ser creible, que aquí se "discuta" ya por demasiados días, que la Vicepresidenta de nuestra Asamblea Legislativa, utilice una avioneta para realizar las gestiones que sean?

Mientras proyectos importantes, como la reforma al régimen de zonas francas, esperan iniciar su discusión, ayer se perdió una jornada completa, para que algunos fariseos, continuaran con ese discurso, aparentemente protector de la moral, pero no es más que la manifestación de una frustración velada, por carecer del poder de gobierno.

Sí, sí cometió la diputada Ballestero un error. La de no hacerle frente al más absoluto aldeanismo que el PAC le ha regalado al país. Como error ha sido el de propios y extraños de buena fe, que consideran reprochable, lo que en cualquier otro lugar del mundo sería lo natural.

La posición que encabeza el PAC (seguida por los otros como caballos de carretón), tira dos gravísimos dardos contra el sistema democrático. En primer lugar, porque no le da el papel que le corresponde, a la dignidad de la representante popular que ocupa, ni más ni menos, la Vicepresidencia de la Asamblea Legislativa.

Cualquier diligencia, por pequeña que parezca, que deba realizar un diputado de la República en el ejercicio de su cargo, debe contar sin miramientos, con el apoyo de TODO el aparato Estatal y sus recursos. INCLUIDA aquella función política partidista, que acerque al diputado a su base electoral.

Esto me lleva al segundo cañonazo contra la democracia costarricense. Es aquel, que de forma solapada, pero sistemática, se menosprecia, se sataniza, se criminaliza, el trabajo de los partidos políticos, como pilar fundamental en la mediación de los intereses populares y su resolución desde el poder.

Con el cuento de la beligerancia política, la posición del PAC, aceptada por lo sectores más coservadores del país (ya de izquierda, ya de derecha), ha llevado prácticamente a la privatización total de las agrupaciones políticas.

"No debe prestarse una escuela, un colegio, o un salón de la Asamblea Legislativa para una asamblea de un partido, porque eso es abusar de los recursos públicos".

"No debe un diputado, utilizar vehículos, para asistir a reuniones del partido, porque eso es abusar de los recursos públicos".

"No debe, un miembro del Ejecutivo, hacer declaraciones sobre su filiación política, porque eso lleva al abuso de los recursos públicos".

Solo aquellos, que de forma antinatural, se vean completamente separados de la acción estatal, tienen derecho a participar activamente de los partidos. Primer paso para su destrucción. Nada más véase el nuevo Código Electoral (desgraciadamente apoyado por la Diputada Ballestero), para darse cuenta, que prácticamente ningún servidor público que pretenda liderar un partido, pueda participar en él.

¿Es función de un diputado, como representante popular, asistir a las asambleas de un partido? No solo es una función, sino es una OBLIGACION en razón del fortalecimiento del sistema de partidos y por tanto del sistema democrático.

¿Hay alguna diferencia que se viaje en una avioneta del Estado, a viajar en un automóvil del Estado? La única: el aprovechamiento del tiempo.

¿Hay alguna diferencia que en el automóvil de la diputada viaje su hija y su asesor, a que lo hagan en una avioneta? Ninguna. ¿Cuál es el problema de aprovechar el espacio?

Ruego porque llegue el día del fin de ese aldeanismo político al que nos hemos visto sometidos por el PAC. Ruego porque llegue el día que la gente se sobreponga a ese lavado de cerebro impulsado por el PAC. Ruego porque llegue el día en que desaparezca el PAC.

jueves, 2 de julio de 2009

Desapego de la juventud a la democracia

Desapego de la juventud a la democracia

Federico Ruiz W.
Politólogo

En reiteradas ocasiones le he escuchado al Presidente de la Asamblea Legislativa, don Francisco Antonio Pacheco, advertir que es un grave error pensar que una vez obtenida la democracia, esta permanecerá inalterada a través del tiempo. Cuanta razón lleva el diputado, ahora que vemos en Honduras un resquebrajamiento repentino de su Estado de Derecho democrático, producto de las actuaciones irresponsables de un presidente y un golpe de Estado injustificado en su contra.

La advertencia del diputado Pacheco no se queda ahí. También ha dicho que no podemos consolarnos los costarricenses, pensando que jamás podría darse un golpe de Estado, o la llegada de algún gobernante populista en nuestro país, dada nuestra “sólida y consolidada tradición democrática”. Si no nutrimos día con día los valores democráticos en cada uno de los habitantes de la nación, esa tradición de la que alardeamos se va erosionando de forma peligrosa.

Hace pocos días, fue presentado el estudio “Cultura de la Constitución en Costa Rica” elaborado por la Fundación Arias, IDEA Internacional y la Universidad Nacional Autónoma de México, donde se da cuenta de un dato que debe despertar todas las alarmas: para el 19.2% de la población entre 18 y 29 años en algunas circunstancias un gobierno no democrático puede ser mejor, a uno que sí lo sea. Si a lo anterior se le suma que al 10% de dicho rango etario no le importa la opción de gobierno, tenemos que casi un tercio de la población joven del país muestra un desapego al sistema democrático.

Por ello, resulta prioritario concentrar esfuerzos para revertir esas cifras tan preocupantes, a través de medidas muy diversas y en distintos ámbitos. Por ejemplo, debe insistirse en una educación cívica que vaya mucho más allá de la simple memorización de algunos conceptos, como bien lo ha señalado el Presidente del Tribunal Supremo de Elecciones, don Luis Antonio Sobrado.

El aprecio y respeto por la democracia debe aprenderse también de forma vivencial, reforzando los gobiernos estudiantiles para que tengan alguna cuota verdadera de poder, o facilitando espacios de interacción en los colegios donde se potencie el diálogo y la negociación (utilizando herramientas como los modelos de la OEA o la ONU). Debe sensibilizarse a los profesores que generalizaciones tales como “todos los políticos son corruptos” o “los partidos políticos solo buscan el chorizo”, más bien empeoran la situación.

Instituciones como el Consejo Nacional de la Persona Joven, podrían diseñar programas que potencien los valores democráticos en espacios ya consolidados como las jornadas de voluntariado. El TSE podría facilitar la existencia de un consejo para las juventudes de los partidos políticos, donde se generen esfuerzos comunes de promoción de la democracia y la participación política.

Estas son algunas pocas propuestas para combatir el alejamiento de una parte importante de la juventud con la democracia. Debemos reforzar constantemente el sistema que tenemos, porque los acontecimientos internacionales de los últimos días y el estudio anteriormente señalado, nos dejan claro que no existe una vacuna permanente que nos libre de los males del autoritarismo.

martes, 16 de junio de 2009

Prohibición y presidencialismo

Prohibición y presidencialismo

Federico Ruiz W.
Politólogo

El editorial del periódico La Nación del 16 de junio de 2009, sobre las limitaciones a la participación partidaria y electoral de los altos puestos del Gobierno (a partir de las declaraciones del Presidente Arias llamando a modificar el artículo 88 del Código Electoral), constituyen un valioso aporte para la reflexión, al que sin embargo habría que hacer un par de matices.

El editorialista es tajante: “Las prohibiciones autorizadas por la Constitución se corresponden con el modelo presidencialista, de profunda raigambre en Costa Rica, y también con nuestra particular experiencia histórica.”

Lleva razón el autor en decir que el presidencialismo está profundamente arraigado en nuestro país, producto de la influencia estadounidense al momento de la conformación del Estado. Sin embargo, se debe hacer la precisión de que nada tiene que ver la prohibición al Presidente y los Ministros de participar en política electoral, con el modelo político que hemos adoptado históricamente. De hecho la gran mayoría de los Estados presidencialistas no tienen tal limitación y somos nosotros la excepción.

Por el contrario, si algo caracteriza al presidencialismo, es la relevancia de la figura del Presidente en la vida política de la nación. Durante la campaña electoral y a través de un partido político, el candidato presidencial expone un proyecto que espera llevar a cabo en el ejercicio del gobierno. Lo lógico es por tanto, que una vez al mando del Poder Ejecutivo, pueda defender ese proyecto y al partido que lo sustenta.

La segunda advertencia tiene que ver con nuestra experiencia histórica. No es sino hasta la Constitución de 1949, que se establecen limitantes a la participación política de algunos funcionarios (los que la ley indique), así como la posibilidad de denuncia por parcialidad política de los servidores del Estado. Antes del 49, tales disposiciones no existían y son más bien producto de la coyuntura política del momento (como lo fue también la proscripción del partido comunista), que de una reiteración histórica.

Ciertamente, cada país tiene sus experiencias y realidades que lo diferencian del resto, pero de ello no se puede inferir que sea propio del presidencialismo, la anacrónica prohibición que tenemos. De igual forma, podemos aprender de otras naciones cómo han regulado de forma efectiva la participación política de sus funcionarios, para evitar abusos, sin llegar a los extremos de una exclusión casi absoluta.

Por otra parte, respondiendo la atinada pregunta que plantea La Nación al respecto de los otros funcionarios que ven limitada su participación, según lo dispone el Código Electoral, las prohibiciones deben examinarse a la luz de la naturaleza del cargo que se está regulando.

Así, el Presidente y los Ministros tienen una razón de ser primordialmente política, siendo lo lógico que se les permita defender a su partido. Por el contrario, los funcionarios del Poder Judicial o los Magistrados, tienen la particularidad de que su naturaleza no es la de estar en el juego político, sino más bien en la de aplicar la justicia, por lo que una prohibición más rígida puede ser aceptada.

Al igual que lo plantea el editorial, este es un tema que debe discutirse a profundidad, aunque a diferencia del autor, es de agradecer que el Presidente Arias utilizara palabras vehementes que hayan llamado la atención y precipitara un debate que hace mucho debió darse.

sábado, 6 de junio de 2009

Apoyando a Laura Chinchilla

Por todos es requete conocido mi afinidad por Laura Chinchilla... así que a breves horas de iniciar la Convención Nacional, dejo constancia de mi apoyo absoluto a la próxima Presidenta de Costa Rica!!!!

Recuerden todas y todos levantarse tempranito y salir a votar. Lo único que se necesita es llevar la cédula. Para saber dónde votar www.plndigital.com o al 800-LAURA UNE.

A GANAR!!!!

jueves, 7 de mayo de 2009

Una reforma necesaria

Una reforma necesaria

Federico Ruiz W.
Politólogo

Mucho de nuestro sistema político actual está basado en una realidad post-conflicto armado (La Revolución del 48).

El nefasto régimen de los ocho años de Calderón Guardia y su títere Teodoro Picado, habían consolidado un sistema político corrupto que abarcó prácticamente la totalidad de las instituciones del país. Desde el nepotismo generalizado en la función pública, hasta el control de la libertad de expresión en los medios de prensa, Costa Rica daba lástima políticamente hablando.

Con el triunfo de don Pepe, del Ejército de Liberación Nacional, posteriormente la Constituyente, la Junta Fundadora de la Segunda República y el Gobierno constitucional de Otilio Ulate, el diseño del Estado y su sistema político se constituyó como reacción a los abusos de años anteriores.

Así por ejemplo durante años se prohibió la existencia del partido comunista (aliados de los calderonistas), se eliminó la reelección sucesiva de diputados, la reelección presidencial pasó de una alternancia de 4 años a 8 años y quedó plasmado en el Código Electoral la imposibilidad de las altas figuras de Gobierno de inmiscuirse en la política partidista.

En aquellos tiempos, como reacción a la Costa Rica de los años cuarenta, tales decisiones parecen adecuadas. Sin embargo, así como consolidamos nuestra democracia y fuertes instituciones políticas, así también debemos aprender a dejar los temores del pasado, reconocer nuestra propia madurez y reformar las normas para hacer de nuestro sistema político, uno que esté acorde con los tiempos.

Debe ya establecerse la carrera parlamentaria (posibilidad de reelección sucesiva), aumentarse el número de diputados, re-hacerse el reglamento de la Asamblea, crear diputados por circunscripciones electorales más pequeñas, acompañados de diputados nacionales, crear gobiernos provinciales que realmente le den sentido a la existencia a la división territorial y administrativa del país. La reelección inmediata de quien ocupe la Presidencia de la República también debe ser permitida... ¡qué carajos, yo creo que el parlamentarismo deberían instaurarse! Lamentablemente, estamos todavía lejos de esos cambios necesarios.

Hoy sin embargo me encontré una agradable sorpresa en el periódico y en el día me he llevado grandes desiluciones. Tres diputados del Partido Liberación Nacional (Carlos Pérez, Maureen Ballestero y Francisco Marín), me atrevo a decir que con un atinado sentido de la necesidad de actualizar las normas a la realidad, impulsaron una moción para eliminar casi por completo, la prohibición de los miembros del Poder Ejecutivo de participar activamente en la política de sus partidos políticos.

Algo tan simple y elemental, como reconocer lo básico en una democracia representativa (que el Gobierno proviene de un partido determinado, siguiendo un plan determinado), en nuestro país sigue siendo prohibido. ¿Alguien puede ser tan iluso de pensar que Oscar Arias no es liberacionista?

Tenemos una ley anticuada y absurda que dice que los miembros del Poder Ejecutivo "caminan como pato, hacen como pato, pero no pueden decir ni a palos que son patos". Vivimos por tanto en una hipocresía política de marca mayor.

Hagámonos una pregunta: ¿cuántas naciones con un nivel de desarrollo y madurez democrática como la nuestra le prohibe a su Gobierno decir su evidente afinidad política? ¿Cuál ha sido el balance en la experiencia de permitir al Gobierno mantener una relación normal con su partido político?

Lo que para mí es absolutamente evidente y simple, para nuestra aldeanada y sobre todo demagógica oposición no lo es. Apelando a falacias, al miedo de la gente, al miedo al cambio, se han dejado decir montones de cosas que ninguna se sostiene después de un análisis serio.

Por ejemplo se atreven a decir que aumentará el clientelismo. Perdonarán los señores, pero una cosa no es causa de la otra y si un gobierno quisiera ser clientelista no lo será porque no pueda decir de que partido es. Por el contrario, la oposición debería verlo como una oportunidad para ponerle un ojo más cuidadoso a la acción del gobernante y en términos muy crudos, si quieren sacarle réditos políticos.

Escuché también a una diputada del PUSC decir que eso no aprobarlo porque "¿se imaginan a Oscar Arias metido en la convención del PLN y eligiendo candidatos a diputados?". Mi respuesta sería, sí me lo puedo imaginar y dígame qué tiene de malo... de paso dígame en qué se diferenciaría de la injerencia que podría tener Ottón Solís en las decisiones del PAC, Otto Guevara en el ML o Rafael Angel Calderón en el PUSC.

Más aún, ¿cuál es el daño para el sistema político democrático que el líder natural de un partido (en este caso el oficialista), ejerza abiertamente y sin hipocresías dicho liderazgo?

Alguien dijo por ahí en Twitter que la medida es un "asco y antidemocrática". Cuando pregunté el por qué a esos adjetivos, tuve por respuesta el silencio. ¿En qué afecta a la democracia (sino más bien para reforzarla), que el Presidente pueda reunirse en la sede de su partido y definir las acciones políticas del mismo?

Me dirán: "no es por eso, es porque se aprovecharían de los recursos públicos para hacerse campaña". Dos cosas diré al respecto:

1. Si un Gobierno quisiera hacer eso, lo hace con o sin norma. Una ilegalidad siempre es posible cometerla. Con o sin pena para asesinatos, estos lamentablemente se dan. El peculado, el tráfico de influencias y otro montón de males en la función pública no se dispararán porque el Gobierno de la República pueda tener partido e involucrarse de sus actividades.

2. Es mejor para la conducción política del país que el Presidente se involucre con su partido en la definición de las políticas a seguir en todos los ámbitos de forma transparente, y de forma claramente regulada para que no se utilicen recursos públicos; que no seguir viviendo en la misma hipocresía de ahora.

Lástima que el valiente esfuerzo de los liberacionistas se verá truncado por la ignorancia, el miedo o la mala fe de la oposición. Lástima que doña Lorena Vázquez del PUSC, así como doña Lesvia Villalobos y don Sergio Alfaro del PAC, sigan considerando que tenemos la incipiente democracia de la post-guerra civil, y no una democracia de 60 años.

martes, 24 de febrero de 2009

¡Con rumbo seguro!

¡Con rumbo seguro!

Federico Ruiz*

Decir que el Gobierno de la República "no sabe a dónde ir", es síntoma de una profunda amnesia o un intento desesperado por escapar de la realidad, pues el argumento no aguanta la menor prueba de verdad.

Respondo así ante las temerarias palabras de don Víctor Rojas, quien en su artículo "¿Gobierno perdido!?" (sic) del 16 de febrero, asegura que la administración Arias "no tiene la menor noción de la responsabilidad asignada".

Aseguro que se debe de padecer de amnesia, si al decir que este Gobierno no tiene rumbo, no recordamos lo que fue el caos institucionalizado de la administración de Abel Pacheco (digo administración expresamente, porque en esos años Gobierno no hubo). Aquello sí era estar a la deriva y mal hacemos en no recordarlo. Justamente lo que el pueblo costarricense le reconoce a Oscar Arias (incluso sus opositores más virulentos), es que ha tenido la fortaleza de trazar un rumbo y que por ese camino seguimos a paso firme.

Si la razón de los argumentos del señor Rojas, quien se dice progresista (sic), no es producto del olvido, debe ser entonces que no quiere aceptar la realidad. Curiosamente critica al Gobierno en su lucha contra la pobreza, pero no dice ni una palabra de que esta administración la ha disminuido en por lo menos tres puntos desde que inició su gestión. No dice tampoco que tenemos el desempleo más bajo en toda la región, que se han aumentado las pensiones, disminuido la deserción estudiantil, tenemos un mejor sistema de salud, por mencionar algunas pocas cosas. Todo esto a pesar de estar en la peor crisis económica que el mundo ha visto en muchísimos años.

Incluso, con riesgo a perder puntos en popularidad, pero con la clara responsabilidad que tiene un gobernante, don Oscar Arias le habla con honestidad a la ciudadanía y desde hace ya bastante tiempo nos advirtió sobre la tormenta en altamar. Como buen capitán tomó las medidas necesarias y a pesar de los truenos, las grandes olas y los vendavales, mantiene el barco en su curso.

Estas acciones, todas verdaderamente progresistas y que don Víctor no quiere ver, son reconocidas por el pueblo. Tan es así que basta dar un vistazo a cualquier encuesta de opinión, donde se muestra que más gente apoya hoy al Presidente Arias, que al inicio de su Gobierno.

Ahora, nos acercamos al tiempo del relevo para que una nueva persona tome el timón de la nave. Necesitamos seguridad y certeza para no desviarnos del camino trazado. Donde don Víctor ve "falta de seriedad y de compromiso", la mayoría de los costarricenses, especialmente la juventud, vemos en Laura Chinchilla, la mejor opción para continuar en el rumbo del progreso.

Con Laura, nos aseguramos esa mezcla perfecta de cambio y experiencia, pues tenemos la confianza que los logros de este Gobierno no serán olvidados, sino mejorados. Que los defectos no serán ignorados, sino corregidos. Sabemos que donde ahora hay polarización, con Laura tendremos unión.

*Juventud Laurista