Politólogo
Hace pocos días, un joven mentalmente desequilibrado, abrió fuego en Arizona, hiriendo a muchas personas, incluyendo a una congresista y matando a varias otras, incluyendo a una pequeña niña. De inmediato se inición en Estados Unidos un debate sobre la violencia en el discurso político tanto en comentaristas, como en periodistas y los propios políticos. ¿Será acaso que la palabra de un periodista puede motivar a alguien a tomar armas contra un representante popular?
Debo reconocer que en ese debate me mantuve muy dubitativo, hasta que algo más cercano me confirmó cuan peligrosa es la pluma del periodista, si se quiere utilizar para generar escándalos que vendan.
El periódico La Nación, en una nota del periodista Alvaro Murillo, publica el titular: "Canciller Castro ve necesario reconsiderar tradición pacifista" y en su primer párrafo dice:
"Es hora de reconsiderar el pacifismo que caracteriza a Costa Rica. Es hora de armar fuerzas de seguridad que no se llamen ejército, pero que tengan capacidad de defensa contra ejércitos extranjeros en eventuales confrontaciones."
La noticia generó una profunda indignación en muchísimas personas, quienes sin más, empezaron a decir que el Gobierno de la Presidenta Chinchilla, especialmente a través de su Canciller René Castro y su Ministro de Seguridad José María Tijerino, están empeñados en crear un ejército en Costa Rica.
Pero nada más alejado de la verdad. Basta leer la entrevista COMPLETA que le hiciera Radio Nederland al Canciller Castro, para darse cuenta que lo escrito por Alvaro Murillo en La Nación es cuando menos amarillista.
De hecho al Canciller se le pregunta:
"Pregunta: ¿Peligra la paz entre ambos países si Nicaragua continúa con su presencia militar en la zona que Costa Rica reclama como suya ?
Respuesta: Si Costa Rica hubiera tenido un ejército, probablemente eso sería una zona de guerra. Pero hemos venido a defender en los foros del derecho internacional la decisión de un país que decide desarmarse hace sesenta años; decide que ese es su modo de vida, que tiene derecho a ser soberano, a tener integridad territorial y al mismo tiempo a ser desarmado...
...Hemos apostado por una forma de ser y es parte de nuestro destino, algo que es consustancial con nuestra nacionalidad; estamos defendiéndolo a plenitud y preparados para dar esa batalla legal con la intensidad que se requiera." (El resaltado no es del original).
Más adelante en la misma entrevista:
"Pregunta: ¿ De continuar escalanado esta situación, podría su país llegar al extremo de congelar relaciones diplomáticas con Nicaragua?
Respuesta: No hemos excluido ninguna decisión de las que se establecen en el derecho internacional, bilateral o multilateral. Hemos analizado y mantenemos vivos todos los escenarios. Es la única arma que Costa Rica decidió ejecutar. Nosotros tomamos la decisión de no recurrir a echar atrás medidas como la proscripción del ejército y tratar de levantarlo de nuevo, ni la intervención de países amigos en forma armada o presencia militar, sino limitarnos al uso de todos los instrumentos del derecho internacional."
Luego ante una pregunta clara, una respuesta del Canciller tajante:
"Pregunta: ¿Da pie esto para decir que Costa Rica, la democracia centenaria, está obligándose a girar hacia una sutil militarización?
Respuesta: Claro que no. Hay una diferencia considerable entre un ejército y una policía. El ejército tiene una capacidad ofensiva, de ataque. Aquí hablamos básicamente de equipos de movilización. No queremos una artillería pesada para un policía defensiva. Los ejércitos tienen una cultura militar, de secreto, de no control sobre ellos, pero nada de esto opera en una policía civilista. Lo que sí esperamos es que haya una mejoría en el cuido de las fronteras marítimas y terrestres.
Un ejemplo es Panamá, que una vez abolido su ejército, cuida su frontera con Colombia a través de un cuerpo policial especializado, moderno, equipado.
Jamás dar un paso atrás y volver a los viejos ejércitos y las botas militares, que solamente traen a la memoria su sed de política y control sobre la democracia."
El Canciller pasa durante toda la entrevista machacando una y otra vez el deseo de Costa Rica de ser un país desarmado, que confía en el derecho internacional para resolver sus problemas. Pero esto parece que no merece un titular de La Nación.
Hoy mucha gente comenta y pide explicaciones que no hay que pedir, porque nunca fue el interés del jerarca dar a entender lo que un medio de comunicación asegura. Perdemos el tiempo, perdemos energía, perdemos la atención de lo importante y lo que es peor, perdemos la unidad nacional frente a la fuerza invasora.Parece atinado el debate que hay ahora en los Estados Unidos, frente a una prensa con un lenguaje agresivo, que genera consecuencias no deseadas por nadie.
2 comentarios:
Fede, tal vez no leíste completamente.
Párrafo completo de la entrevista (que no ponés en tu post para buscar inclinar la opinión de tus lectores a tu favor):
"Vamos a tener que hacer un análisis profundo de decidir ser una democracia desarmada y pacífica, y la nueva realidad de este mundo multilateral. El ser pacifistas está en el alma costarricense, pero fuerzas externas nos están obligando a considerar posturas históricas nuestras."
Frase completa de la entrevista:
"El ser pacifistas está en el alma costarricense, pero fuerzas externas nos están obligando a considerar posturas históricas nuestras."
Resumen 1: Pacifismo está en alma tica, pero estamos obligados a considerarlo (por fuerzas externas).
Título del que mencionás: "Canciller Castro ve necesario reconsiderar tradición pacifista"
Resumen 2: Castro dice que hay que reconsiderar pacifismo tico.
Si para vos el Resumen 1 y el Resumen 2 no dicen lo mismo... no voy a discutir más.
Poner el ejemplo de lo que ha pasado en EE. UU. es de las cosas más burdas que uno se pueda imaginar. Ahí murieron muchas personas por una campaña continua y sistemática de políticos (ante todo Sarah Palin) y algunos medios. Deberías tener más respeto con los ejemplos que utilizás. Vos tenés el derecho a defender al gobierno y al Canciller (considerés o no que es la manera de pagarles el huesito que te dio), pero de ahí a comparar esta situación con lo acontecido en EE. UU. es exagerado y sin fundamento.
Menos hígado, más cerebro.
Lamento no saber con quien debato, pero con gusto lo hago.
En primer lugar, si hubiera querido ocultar algo, no pongo el enlance a la entrevista completa en Radio Nederland, como no se hace en La Nación.
En segundo lugar los ejemplos que saco de la entrevista para Radio Nederland son justamente para probar la cantidad de veces que el Canciller refuerza la idea de Costa Rica como país sin ejército.
En tercer lugar, ese párrafo en específico (el que empieza con "vamos a tener que hacer un análisis..."), podría interpretarse de forma muy distinta con el resto de la entrevista, en el contexto en el de hecho fue dado.
En cuarto lugar, incluso tomando SOLO ese párrafo, una cosa es lo que dice el Canciller y otra lo que interpretó el periodista y está transmitiendo.
De lo dicho por el Canciller no se sigue que se busque reconsiderar el pacifismo costarricense, frente a una nueva opción (digamos, un país guerrerista). Es más, ni siquiera se usa la palabra reconsiderar, que tiende a asociarse con buscar una alternativa.
Yo puedo considerar cualquier cosa, frente a agentes externos para poder reforzarlo, o adecuarlo a las circunstancias.
Pero más allá, el Canciller no dice que "hay que...", dice que fuerzas externas nos están obligando a considerar (no reconsiderar) posturas históricas.
No me parece que ahí don René Castro esté llamando a dejar de ser pacifistas, sino a hacer un ejercicio elemental: ante los agentes externos que nos están trastornado, analicemos y consideremos lo que somos para hacer frente a dicha realidad.
En quinto lugar yo razono, argumento y acepto el debate, pero no las motivaciones por las que argumento. A mi nadie me pide que escriba, ni yo me siento obligado a salir en defensa de un "hueso". Eso me parece que es irrespetuoso y no contribuye en nada a la discusión.
Finalmente, la comparación no fue con las muertes de Arizona, sino con el trato y el lenguaje de la prensa frente a la política y los actos políticos.
En Estados Unidos hay un debate sobre la beligerancia de la prensa y comentaristas porque lo que dicen trae consencuencias. Hoy en la mañana, producto del titular de La Nación, la gente sacó mil conclusiones por algo que el Canciller nunca dijo, llamando a pedir su renuncia por un supuesto intento de "militarización".
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