Federico Ruiz W.
Politólogo
Hace pocos días en el periódico La Nación, fue publicado un articulo con el título "Yo no tengo bandera", el cual me pareció de entrada repulsivo. Sin embargo, en las redes sociales una cantidad importante de personas se mostraron a favor de los argumentos de la autora de dicho escrito.
También es cierto que algunas otras personas criticaron la publicación en las redes, pero es hasta este sábado 20 que en el mismo diario, aparece una réplica con el predecible encabezado: "Yo sí tengo bandera". Confieso con gran culpa que disfruté esta respuesta, porque si me pusieran en una balanza entre dos detestables pecados, seguramente estaría del lado de los chovinistas y no de los malinchistas.
Sin embargo, luego de reflexionar sobre ambos artículos y las reacciones de la gente (la propia incluida), veo que hay profundos errores de forma y de fondo en los dos escritos.
La que no tiene bandera arguementa que Costa Rica es un país esencialmente xenófobo y que en medio de la invasión militar nicaragüense, sacar a relucir los símbolos patrios, es oportunismo y sobre todo hipocresía. Para justificar este argumento, la escritora reniega de una larga lista de cosas asociadas al ser costarricense. Su propia conclusión es que, dado el rechazo a cosas como el punto guanacasteco, la abolición del ejército o las playas nacionales, no tiene bandera y es más ciudadana del mundo, que ciudadana costarricense.
El articulista que le replica, argumenta que él sí cumple un gran pliego de condiciones que lo hacen tico, como tomar guaro, comerse un churchill, o acudir a la CCSS. En la respuesta asegura que no es cierto que Costa Rica sea un país entregado a la xenofobia y por el contrario, el tico es cariñoso y pura vida.
En cuanto a los dos artículos, rechazo por completo la idea de que poniendo una lista de cualidades se pueda definir si alguien es tico o patriota. Lo siento, yo detesto los llamados "bailes típicos" y pocas cosas me parecen más aburridas que, en cuanto acto oficial se haga, la gran demostración cultural sea siempre bailar el Punto Guanacasteco. Pero la Pilsen sí me parece la mejor cerveza del mundo y me encanta decir "Pura Vida". ¿Eso qué quiere decir? ¿Que en el "ticómetro" tengo una calificación de 82.3%?
La identidad costarricense y el arraigo territorial no lo hacen ni los bailes típicos, ni el "Pura Vida". Pretender hacer un gran examen sobre características asociadas a la pertencia a determinado país, me parece un ejercicio inútil y absurdo.
Nada es tan blanco o negro. Del primer artículo, no acepto la idea de que Costa Rica sea un país xenófobo. No existe evidencia para hacer una aseveración tan general. Puede ser que la xenofobia vaya creciendo en el país (aunque quisiera ver algún estudio serio que me lo demuestre), pero de ahí a decir que esa es una de nuestras características, me parece incorrecto e injusto. Por el contrario, del segundo artículo desestimo la noción de que todos seamos santas palomas y que jamás un tico comete una injusticia.
Por otra parte, no creo en las condenas fulminantes de quienes, poniéndose en una posición de superioridad moral, bajo la idea de una autoflagelación purificadora que desprecia y estima como oportunismo el uso de los símbolos patrios, nos sentencian a quienes con orgullo nacional nos arropamos bajo la bandera de Costa Rica. Eso es soberbia.
Poco importa si me hace o no más costarricense cantar con mayor gusto "El día que me quieras" que "Luna liberiana". Si quieren vayan y pidan un chifrijo con una Toña. Que cada quien use la bandera que quiera o se tome la cerveza de su preferencia, que al final lo verdaderamente relevante, es que todos estemos unidos demandado la retirada inmediata del territorio nacional de la fuerza militar invasora.
Politólogo
Hace pocos días en el periódico La Nación, fue publicado un articulo con el título "Yo no tengo bandera", el cual me pareció de entrada repulsivo. Sin embargo, en las redes sociales una cantidad importante de personas se mostraron a favor de los argumentos de la autora de dicho escrito.
También es cierto que algunas otras personas criticaron la publicación en las redes, pero es hasta este sábado 20 que en el mismo diario, aparece una réplica con el predecible encabezado: "Yo sí tengo bandera". Confieso con gran culpa que disfruté esta respuesta, porque si me pusieran en una balanza entre dos detestables pecados, seguramente estaría del lado de los chovinistas y no de los malinchistas.
Sin embargo, luego de reflexionar sobre ambos artículos y las reacciones de la gente (la propia incluida), veo que hay profundos errores de forma y de fondo en los dos escritos.
La que no tiene bandera arguementa que Costa Rica es un país esencialmente xenófobo y que en medio de la invasión militar nicaragüense, sacar a relucir los símbolos patrios, es oportunismo y sobre todo hipocresía. Para justificar este argumento, la escritora reniega de una larga lista de cosas asociadas al ser costarricense. Su propia conclusión es que, dado el rechazo a cosas como el punto guanacasteco, la abolición del ejército o las playas nacionales, no tiene bandera y es más ciudadana del mundo, que ciudadana costarricense.
El articulista que le replica, argumenta que él sí cumple un gran pliego de condiciones que lo hacen tico, como tomar guaro, comerse un churchill, o acudir a la CCSS. En la respuesta asegura que no es cierto que Costa Rica sea un país entregado a la xenofobia y por el contrario, el tico es cariñoso y pura vida.
En cuanto a los dos artículos, rechazo por completo la idea de que poniendo una lista de cualidades se pueda definir si alguien es tico o patriota. Lo siento, yo detesto los llamados "bailes típicos" y pocas cosas me parecen más aburridas que, en cuanto acto oficial se haga, la gran demostración cultural sea siempre bailar el Punto Guanacasteco. Pero la Pilsen sí me parece la mejor cerveza del mundo y me encanta decir "Pura Vida". ¿Eso qué quiere decir? ¿Que en el "ticómetro" tengo una calificación de 82.3%?
La identidad costarricense y el arraigo territorial no lo hacen ni los bailes típicos, ni el "Pura Vida". Pretender hacer un gran examen sobre características asociadas a la pertencia a determinado país, me parece un ejercicio inútil y absurdo.
Nada es tan blanco o negro. Del primer artículo, no acepto la idea de que Costa Rica sea un país xenófobo. No existe evidencia para hacer una aseveración tan general. Puede ser que la xenofobia vaya creciendo en el país (aunque quisiera ver algún estudio serio que me lo demuestre), pero de ahí a decir que esa es una de nuestras características, me parece incorrecto e injusto. Por el contrario, del segundo artículo desestimo la noción de que todos seamos santas palomas y que jamás un tico comete una injusticia.
Por otra parte, no creo en las condenas fulminantes de quienes, poniéndose en una posición de superioridad moral, bajo la idea de una autoflagelación purificadora que desprecia y estima como oportunismo el uso de los símbolos patrios, nos sentencian a quienes con orgullo nacional nos arropamos bajo la bandera de Costa Rica. Eso es soberbia.
Poco importa si me hace o no más costarricense cantar con mayor gusto "El día que me quieras" que "Luna liberiana". Si quieren vayan y pidan un chifrijo con una Toña. Que cada quien use la bandera que quiera o se tome la cerveza de su preferencia, que al final lo verdaderamente relevante, es que todos estemos unidos demandado la retirada inmediata del territorio nacional de la fuerza militar invasora.
1 comentario:
Muy bu3n comentario, saludos,
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