¿Es Obama un espejismo?
Federico Ruiz W.
Politólogo
Conforme se acerca a su final el proceso de elecciones internas del Partido Demócrata de los Estados Unidos, hay cada vez una mayor presión para dar como candidato ganador al senador por Illinois Barack Obama, frente a la senadora por Nueva York y ex primera dama Hillary Clinton.
El total de delegados que pueden participar en la Convención Demócrata para elegir candidato presidencial es de 4050, divididos en 3253 delegados elegidos en las primarias, los que están ligados forzosamente a un candidato determinado y 797 de los llamados superdelegados, que no están más que obligados por su conciencia a la hora de emitir su voto. Para obtener la candidatura se requiere como mínimo llegar a la cifra mágica de 2025 votos.
Al día de hoy el senador Obama ha logrado un total de 1652 delegados, más el apoyo de 305 superdelegados para un total de 1957. Por su parte la senadora Clinton tiene 1496 delegados, a los que se deben sumar 279 superdelegados con lo cual tendría 1775 votos. De lo anterior se desprende que en estos momentos, lo relevante de este complicadísimo sistema de elección, es que le corresponde a los superdelegados decidir quien es la mejor apuesta para llegar a la Casa Blanca.
No obstante, dando un paso adelante y mirando la competencia con los republicanos, el Partido Demócrata podría estar frente a un espejismo y deberían preguntarse (sobre todo los superdelegados), si la candidatura de Obama es la mejor decisión para triunfar en las elecciones presidenciales de noviembre.
Como es bien sabido, el sistema estadounidense está definido por su Colegio Electoral compuesto por 538 votos, siendo que se necesitan alcanzar 270 para obtener el triunfo. Recordemos también que en las elecciones, quien obtenga la mayoría en un estado, se lleva todos los delegados del mismo.
Si consideramos que cada candidato demócrata tienda a ganar exactamente los mismos estados, en los que triunfó durante el proceso interno, la historia se vuelve favorable para la senadora de Nueva York. Hillary Clinton obtendría 308 votos, mientras que Barack Obama obtendría únicamente 230.
A lo anterior debemos agregar que en múltiples encuestas hechas en diversos estados, hay más votantes demócratas dispuestos a apoyar al republicano John McCain si Obama es candidato, que si lo fuera Clinton, dándole a esta una ventaja política adicional.
De igual forma, la senadora tiene mayor capacidad para ganar estados que en las últimas elecciones han votado del lado republicano, tales como Texas, Indiana, Ohio o Florida y ni que decir de mantener del lado demócrata los grandes estados de California, Nueva York, Nueva Jersey, Michigan y Pensilvania. Valga recalcar que todos estos estados se los ha ganado Clinton a Obama en la lucha interna.
Si el objetivo es quitarles la Casa Blanca a los republicanos en las elecciones de noviembre, estas son las consideraciones que deben tener presente los superdelegados a la hora de dar su voto por Obama o por Clinton.
El total de delegados que pueden participar en la Convención Demócrata para elegir candidato presidencial es de 4050, divididos en 3253 delegados elegidos en las primarias, los que están ligados forzosamente a un candidato determinado y 797 de los llamados superdelegados, que no están más que obligados por su conciencia a la hora de emitir su voto. Para obtener la candidatura se requiere como mínimo llegar a la cifra mágica de 2025 votos.
Al día de hoy el senador Obama ha logrado un total de 1652 delegados, más el apoyo de 305 superdelegados para un total de 1957. Por su parte la senadora Clinton tiene 1496 delegados, a los que se deben sumar 279 superdelegados con lo cual tendría 1775 votos. De lo anterior se desprende que en estos momentos, lo relevante de este complicadísimo sistema de elección, es que le corresponde a los superdelegados decidir quien es la mejor apuesta para llegar a la Casa Blanca.
No obstante, dando un paso adelante y mirando la competencia con los republicanos, el Partido Demócrata podría estar frente a un espejismo y deberían preguntarse (sobre todo los superdelegados), si la candidatura de Obama es la mejor decisión para triunfar en las elecciones presidenciales de noviembre.
Como es bien sabido, el sistema estadounidense está definido por su Colegio Electoral compuesto por 538 votos, siendo que se necesitan alcanzar 270 para obtener el triunfo. Recordemos también que en las elecciones, quien obtenga la mayoría en un estado, se lleva todos los delegados del mismo.
Si consideramos que cada candidato demócrata tienda a ganar exactamente los mismos estados, en los que triunfó durante el proceso interno, la historia se vuelve favorable para la senadora de Nueva York. Hillary Clinton obtendría 308 votos, mientras que Barack Obama obtendría únicamente 230.
A lo anterior debemos agregar que en múltiples encuestas hechas en diversos estados, hay más votantes demócratas dispuestos a apoyar al republicano John McCain si Obama es candidato, que si lo fuera Clinton, dándole a esta una ventaja política adicional.
De igual forma, la senadora tiene mayor capacidad para ganar estados que en las últimas elecciones han votado del lado republicano, tales como Texas, Indiana, Ohio o Florida y ni que decir de mantener del lado demócrata los grandes estados de California, Nueva York, Nueva Jersey, Michigan y Pensilvania. Valga recalcar que todos estos estados se los ha ganado Clinton a Obama en la lucha interna.
Si el objetivo es quitarles la Casa Blanca a los republicanos en las elecciones de noviembre, estas son las consideraciones que deben tener presente los superdelegados a la hora de dar su voto por Obama o por Clinton.
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