Federico Ruiz
Expresidente del Foro Juventud
Fuerza Verde - PLN
fritzium@gmail.com
Sin
lugar a dudas, Fernando Berrocal ha tenido claro el objetivo al contratar al
genio de la publicidad que menos éxitos electorales ha tenido en la historia
política del país: que hablen de su candidatura y de su “campaña”. Misión
cumplida y cincos bien gastados, todos hablamos de los anuncios y el infausto
lema “¿te vas a seguir dejando?”.
Para
ello, ha sido suficiente banalizar el abuso sexual y dejar entrever que las
intenciones electorales de un compañero de partido son violentar al país, tal como
se ultraja a una persona.
No le importó al precandidato brincarse todas las normas éticas previstas
en el Estatuto del PLN, como el artículo 13 que dice en su párrafo segundo: “El ser miembro del Partido,
implica un compromiso personal y moral indisoluble, que se debe reflejar en
todas sus actuaciones, especialmente en aquellas que tienen relación con la
actividad política…”
Tampoco parece que revisara el numeral 16: “Es prohibido a los liberacionistas hacer comentarios que
vayan contra el buen nombre y prestigio de los compañeros o del propio Partido.
Como regla de conducta se establece la obligación para todos sus miembros, de
fortalecer la unión interna de la organización partidaria y de ventilar los
desacuerdos y confrontaciones mediante el diálogo entre las partes
involucradas, para lo cual podrá acudirse a los Órganos formales del Partido.”
Por
supuesto que su campaña no acata lo dicho en el artículo 17: “Constituyen deberes y derechos
de los miembros: (…) f) Propiciar el compañerismo, la solidaridad y la unión de
miembros del Partido”.
Ni siquiera un sonrojo por
violentar lo establecido en el 113 o 116 con respecto al deber de las
tendencias de acatar las normas de respeto y convivencia de compañeros del
partido en contiendas electorales (aunque claro, se dirá que como la tendencia
no está formalmente inscrita, todo está bien).
Se ha denigrado una campaña
electoral que aún no arranca formalmente, se ha perjudicado al Partido
Liberación Nacional, se ha agredido a un honorable compañero como Rodrigo Arias
y no sabemos si vienen ataques contra otros. En síntesis, se le ha hecho un
grave daño a la democracia interna del partido, todo por satisfacer el deseo de
hablar del señor Berrocal.
Esa campaña es impresentable e
indigna del partido más grande de Costa Rica. Las y los ciudadanos esperan
muchísimo más que eso de los líderes liberacionistas. No debe ser tolerada, no
debe ser aceptada y debe ser denunciada. Simplemente algo tan vulgar no tiene
cabida en Liberación Nacional y confío que el Tribunal de Ética actuará de
oficio examinando este asunto, como lo manda en artículo 123 del Estatuto.
No se diga que esta campaña no
sirve para nada, pues por lo menos sirve de mal ejemplo. Es una demostración de
cómo se desperdician tiempo y recursos, que habrían sido mejor invertidos en
conocer el pensamiento de un precandidato y no el interés de destruir al adversario,
quien además es correligionario.
Confío, sin embargo, que el
resto de precandidatos y líderes del partido sabrán mantenerse por encima de
estas bajezas, permitiéndonos debates de altura, de confrontación de propuestas
y de sana crítica. Eso es lo que necesita Liberación Nacional y es lo que le
urge a Costa Rica.
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