lunes, 18 de octubre de 2010

Explicando el "subcociente"

Federico Ruiz
Politólogo

Alguna gente me ha pedido que explique, con ejemplos, cómo es que funciona exactamente el sistema de asignación de diputaciones en Costa Rica. Cómo se aplica el cociente, el subcociente y el residuo mayor.

Intentaré hacerlo lo más simple que pueda, aunque esto requiere seguir el asunto con algún cuidado. Como esto tiene su truco, las preguntas son más que bienvenidas. Para facilitar las cosas, utilizaré un ejemplo real de las elecciones de febrero de 2010, solo que por economía y para ahorrar en números, no pondré todos los partidos que participaron.

El caso en cuestión es la provincia de Heredia, que según el TSE y de acuerdo al último censo realizado, le corresponden 5 diputados (¿no les da cólera a los Heredianos estar tan subrepresentados?).

Lo primero que se hace es determinar la famosa cifra del Cociente, que se obtiene de dividir el total de votos VALIDOS (se excluyen votos en blanco y votos nulos), entre el número de diputados que le corresponden a la provincia (en este caso 5 escaños).

Es importante aclarar que eso es una fórmula matemática, por lo que se utilizan los números tal como salen de las operaciones. NO existe el redondeo de las cifras, ni para arriba, ni para abajo.

Así las cosas y con la advertencia antes hecha, en febrero de 2010, en Heredia se emitieron 199 698 votos para diputados. Esa cifra dividida entre 5, da un Cociente de: 39 939.6. El subcociente, corresponde a la cifra del cociente, divida entre 2. O sea, 39 939.6/2 = 19 969.8

Tenemos entonces que:

C = 39 939.6
SC = 19 969.8

Los partidos políticos que participaron tuvieron la siguiente votación, de mayor a menor (reitero que no están incluidos todos):

PLN: 73 929
PAC: 38 143
ML: 27 766
PASE: 17 415
PUSC: 14 510

El Código Electoral dice que en la primera ronda de asignación de escaños participan SOLO los partidos que superan la cifra del COCIENTE. En este caso, únicamente el PLN logra superar dicho cociente. ¿Cuántos diputados le corresponden a este partido entonces?

Lo que corresponde es dividir el número de votos obtenidos por esta agrupación (73 929), entre nuestro ya conocido Cociente (39 939.6). Eso da como resultado: 1.85 (recuerden que no se hace ningún tipo de redondeo).

Esa cifra de 1.85 lo que nos dice es que el PLN obtiene por cociente UN diputado y le queda 0.85 de RESIDUO.

Como todavía quedan CUATRO diputaciones más para repartir y en la primera ronda de asignación solo se dio UNO, hay que ir a una segunda ronda. Según nuestra ley, aquí participan SOLAMENTE los partidos que hayan superado el famoso Subcociente (19 969.8).

Únicamente el PLN, el PAC y el ML superan esta cifra y tienen derecho a seguir "jugando", por lo que de una vez se descartan al PASE y al PUSC.

¿Qué se hace entonces en la segunda ronda?

Primero, se toma el número de votos de cada partido y se divide entre el Cociente (tal como se hizo en la primera ronda). Queda entonces así:

PAC: 0.95
ML: 0.69

Nuevamente, según nuestra ley, esas cifras es lo que se considera el "RESIDUO MAYOR" y se ponen en orden de mayor a menor para asignar escaños. Poniendo a jugar nuevamente al PLN, el orden queda así:

PAC: 0.95
PLN: 0.85
ML: 0.69

Recordemos que quedaban CUATRO diputaciones por repartir, por tanto en esta segunda ronda, el PAC saca 1 diputado, el PLN saca 1 diputado y el ML saca 1 diputado.

El "marcador" va:

PLN 2 diputados
PAC 1 diputado
ML 1 diputado

¡Un momento! ¡Falta todavía UN diputado! ¿Ese diputado que falta, cómo se asigna?

Reitero lo que dicen en mi pueblo, aquí fue donde la mula botó a Genaro (pobre hombre los golpes que se da).

El Código Electoral lo que dice es que si después de una segunda ronda de asignación, faltan todavía diputaciones que repartir (como en este caso), debe seguirse nuevamente lo que dice el apartado anterior.

El TSE ha interpretado esa disposición de forma "literalísima" y lo que aplica son NUEVAMENTE las reglas y los números de la SEGUNDA ronda de asignación. Entonces se ponen otra vez las MISMAS cifras residuales. O sea:

PAC: 0.95
PLN: 0.85
ML 0.69

¿Quién se lleva la diputación? Pues el PAC, que tiene un residuo mayor al de los otros dos partidos.

El resultado final queda:

PLN: 2 (1 por cociente y 1 por residuo)
PAC: 2 (2 por residuo)
ML: 1 (1 por residuo)

Así es como funciona esta historia de la asignación de curules en Costa Rica. Sin embargo , como pueden ver, el sistema no es perfecto y vale la pena hacer una breve reflexión aparte

Hay gran discusión sobre lo que se hace en la última ronda de repartición. ¿Por qué si un partido como el PLN, que casi dobla en votos al PAC, obtiene igual número de diputados? ¿Por qué en la última ronda de asignación se usan los resultados de la segunda ronda y no se empieza nuevamente por la primera ronda, para favorecer con justicia democrática, al partido más votado?

Aunque el suscrito es de la tesis que basta un nuevo criterio del Tribunal, mi buen amigo (y mucho más conocedor de estos temas que yo), el Lic. Juan José Cheng, es de la opinión que esto solo se arregla con una muy simple reforma legal, que consiste en convertir un "punto y aparte" en un "punto y seguido" en el artículo del Código Electoral que regula todo esto.

¿Es justo que el partido más votado tenga preferencia sobre el resto, cuando queden diputaciones por repartir? Queda la bola picando...

jueves, 14 de octubre de 2010

Defendiendo el "Subcociente"

Federico Ruiz
Politólogo

Con cierta frecuencia, en nuestro país vuelve a la palestra el debate sobre la conveniencia o no, del sistema de asignación de escaños que tenemos, mediante el sistema de cociente, subcociente y residuo mayor.

De entrada es importante hacer varias aclaraciones:

1. El sistema de asignación de escaños (cuantos diputados o regidores le corresponden a cada partido), no es lo mismo que el sistema de elección (cómo se eligen los diputados o regidores -por provincia, por regiones, por listas, por nombre, etc-).

2. La asignación de escaños busca un balance entre, manifestar la voluntad popular de la forma más certera posible, y garantizar un mínimo de representatividad, así como evitar una concentración de poder en pocas fuerzas.

3. No existe un sistema de asignación perfecto y créanme que en el mundo se han intentado las más diversas fórmulas, con los más diversos resultados.

4. Costa Rica tiene un sistema de representación proporcional. Eso lo que quiere decir es que el sistema está diseñado, en teoría, para manifestar las diversas corrientes posibles, en proporción a los votos obtenidos en unas elecciones.

Dicho lo anterior, creo que nuestro sistema actual no es tan perverso y lo que necesita es un ajuste mínimo, que basta con un simple cambio de criterio en la jurisprudencia del Tribunal Supremo de Elecciones, para que sea un poco más justo.

Recordemos por un momento cómo funciona el procedimiento (usaré la elección de diputados como ejemplo, pero es lo mismo para regidores o miembros de Consejo de Distrito):

1. La elección de diputados, es por provincia. Hay dos números que se deben tener presente: la cantidad de votos válidos que se emiten, y la cantidad de diputados que le corresponden a ese territorio.

2. El cociente es la división del número de votos válidos, entre la cantidad de diputados que hay en esa provincia. En una primera ronda de asignación de diputados, se da cada partido, tantos diputados, como cocientes hayan obtenidos, empezando por quien haya sacado mayor cantidad de votos.

3. Suele suceder, que no siempre se llega al cociente, o incluso, por más que un partido (o dos, o tres), hayan obtenido esa cifra mínima, quedan todavía escaños por asignar. ¿Qué se hace entonces? Se pasa a una segunda ronda de asignación, en la que participan los partidos que hayan obtenido cociente, con el residuo que les quede, más aquellos partidos que hayan superado la barrera del subcociente. El subcociente, no es más que el cociente dividido entre dos.

Los votos de los partidos que entran en la segunda ronda de asignación se consideran residuos, que compiten con los residuos de los partidos que participaron en la primera ronda. Por lo general, estos últimos son algo menores, que los de aquellos partidos que ingresan a competir en la segunda ronda. Hay por tanto, en principio, una mayor posibilidad de que nuevos partidos obtengan un diputado más.

4. Hay ocasiones, en las que incluso, después de una segunda ronda de distribución, quedan curules por definir. En la última se dio en el caso para otorgar el último diputado por la provincia de Heredia. Como dicen en mi pueblo: "aquí es donde la mula botó a Genaro".

El Código Electoral, establece que para esos casos, se debe seguir lo dispuesto anteriormente. El TSE ha interpretado que eso significa seguir el procedimiento a partir de la segunda ronda de asignación. Eso quiere decir, que vuelven a jugar todos los partidos que han superado la barrera del subcociente, con exactamente el mismo residuo.

Ahora bien, luego de explicar con alguna brevedad el sistema, ¿por qué es importante el subcociente?

Imaginemos por un momento que no exista la barrera del subcociente y se juegue únicamente con los cocientes. Lo más probable es que todos los escaños se repartan solo entre partidos que han alcanzado el cociente, eliminando la posibilidad de que otras agrupaciones políticas votadas, y que representan con alguna fuerza cierto segmento de la población, se vean imposibilitadas de participar en el parlamento. Aquí el subcociente funciona como una oportunidad para que más partidos puedan elegir dipuatdos.

Otro caso sería que sin subcociente, luego de asignar los diputados a aquellos partidos que obtengan cociente, se siga para abajo en la lista en orden decreciente. Esto más bien puede provocar el efecto contrario, más partidos de los que verdaderamente tengan una fuerza representativa, llegan a la Asamblea "representando" a un sector diminuto de la población, a costa de partidos que tiene muchísimos más votos y por lo tanto, mayor legitimidad. Algunos partidos no tendrían motivación para sacar mayor cantidad de votos, sino que apostarían a lograr un escaño, con una muy pequeña cantidad.

Por tanto, el subcociente sirve tanto para garantizar que un número razonable de partidos tengan representación en la Asamblea, y al mismo tiempo asegurar que ni se concentre el poder en pocas manos, ni que se diluya demasiado.

Ahora bien, volviendo a la mula de Genaro, nuestro sistema actual, podría ser perfeccionado si el TSE cambia de criterio y en una eventual tercera ronda de asignación de escaños, no parte lde o dispuesto para la segunda, sino que vuelve al puro principio, garantizando que quien más votos obtuvo, mayor representación debe tener.

Nótese el absurdo que en las pasada elecciones, a pesar de que el PLN casi dobla en votos al PAC en la provincia de Heredia, ambos tienen igual cantidad de diputados, justo por la interpretación del Tribunal. Por supuesto, esto también se podría arreglar en la Asamblea Legislativa, pero ya sabemos como funcionan las cosas ahí.

No soy necesariamente fanático de nuestro sistema de asignación, pero como ven, no es del todo descabellado. Si se va realizar un cambio en este sentido, creo que vale mejor entrar de una vez, con el bisturí hasta el fondo, para hacer las reformas necesarias a todo el sistema político, incluyendo la carrera parlamentaria, las listas nacionales y por qué no, pensar también en ciertas fórmulas de representación uninominal... pero ese es enano de otro cuento.


martes, 12 de octubre de 2010

Feliz cumpleaños

Federico Ruiz W.
Politólogo

Hace algunos años ya de tu fundación, pero tu camino ha sido glorioso, a pesar de los pesares. Con tus altos y tus bajos, le has dado lo mejor a Costa Rica. Los mejores hombres, las mejores mujeres, las personas verdaderamente comprometidas con el desarrollo del país.

El blanco de tu bandera nos recuerda siempre la paz por la que luchaste, por la que diste la sangre. Cuando el invasor, a veces interno y otras veces externo, procuró alzar armas en contra de la nación, tu gente salió a las calles, a defender la libertad de la República.

Tu nacimiento fue producto de la necesidad. ¡Como te necesitaban antes y como te necesitamos ahora! Bajo tu manto, seguiremos creciendo, seguiremos por el camino de la esperanza. Nuestra lucha no tendrá fin, mientras la miseria y la pobreza sigan en las calles.

Seguirás aportando lo mejor, Costa Rica se beneficiará de tus jóvenes y todo lo que puedan dar. Muchos y mejores años aún están por venir.

Feliz cumpleaños... Alajuela

viernes, 8 de octubre de 2010

Lo dañino del periodismo nacional

Federico Ruiz
Politólogo

Después de mi rutina matutina de revisar la prensa escrita nacional, al encontrarme una curiosa defensa de una periodista en una columna, por una serie de artículos publicados semanas atrás y posteriormente cuestionados, me llegó súbitamente el recuerdo de una entrevista que le hicieran hace muchos años a mi padre, en un diario de los que más se leen.

En 2003, a este famoso periódico se le ocurrió la idea de hacer una de estas notas sociales, más bien light, sobre la vida de Manuel Ruiz, mejor conocido por su personaje "Paco" en el programa "La Pensión". ¿Cómo es el actor detrás de las cámaras?

Aunque el artículo en cuestión resultó bastante inofensivo y simpático, como era de esperar, la gran cantidad de inexactitudes y falsedades provocaron profundas carcajadas en la casa, con los vecinos y amigos.

Entre las cosas que decía dicha nota rescato lo siguientes párrafos:

"Manolo, como lo conoce sus amigos, también participó en una actividad llamada Fulbrieght, donde se reúnen los mejores actores de teatro del mundo y tuvo el gran honor de obtener el segundo lugar, no solo para él, sino también para Costa Rica.

Manolo tiene solo un hermano, se llama Roberto Ruiz, quien también fue picado por el arte y fue dueño del aquel conjunto roquero llamado "Himifer Rocker"."

Esa actividad llamada Fulbright, es en realidad una beca de estudios, no un lugar donde se reúnen los mejores actores de teatro del mundo para premiarlos. Aunque para mí no es el segundo, sino el mejor actor del mundo, ese honor aún no le ha sido concedido, ni siquiera por el Programa Fulbright.

Mi tío Roberto efectivamente tiene un conjunto roquero, solo que se llama Igni Ferroque (frase en latín que quiere decir "A fuego y hierro"), no se llama "Himifer Rocker", como la periodista señaló.

Ese artículo, de principio a fin, tiene un sin número de errores, que para el común de los mortales pasarían por desapercibidos, donde se mezcla la realidad de lo dicho en la entrevista, con la mente fantaciosa de la periodista. Sin embargo, por ser una nota típica de la "prensa rosa", poco importa lo que se escriba, aunque al final la gente creerá lo que se le presenta para leer.

El problema está en el periodismo que juega a ser profesional, serio, investigador y crítico, pero que de forma mucho más sutil, comete los mismos errores de la nota publicada sobre "Paco".

Para empezar, diré que los que hemos estado en política, en campañas electorales y quienes además, tenemos el gusto de estudiar estas de forma profesional, podemos dar fe que el tono y la dirección de un solo titular, puede ser tan letal como un balazo dado a quemarropa.

Muchísima gente, pasa las páginas de un periódico una tras otra, sin detenerse necesariamente a leer el texto completo de un artículo. La primera impresión es lo que queda y normalmente, la frase de entrada es algo llamativo, ojalá indignante y que choque con los principios de la gente, porque esto simplemente es bueno para la venta.

Desconozco cuál es el proceso por el que pasa un periodista al escribir un artículo y cómo se le pone su titular. ¿Es algo independiente? ¿Pasa por los editores? ¿Le piden los editores permiso al autor de la nota? ¿Se discute abiertamente el interés de uno u otro encabezado? ¿Se procura que sea neutro con respecto al contenido?

Debemos reconocer también, que últimamente se ha implantado una maña en algunos periodistas, que consiste en insertar sus juicios de valor en los reportajes, editorializando de una vez la noticia. ¿No está justamente para eso la sección de opinión de un periódico? ¿No se supone que la parte de noticias, está para informar sobre los hechos, pero no para opinar AHI sobre ellos?

Los medios de comunicación forman la opinión pública, inciden directamente en la colocación de los temas de la agenda nacional, tiene el poder absoluto de condenar a una persona con las palabras que usan. Con gran poder, viene consigo una gran responsabilidad.

Sin embargo, los diarios y los noticieros de televisión, ejercen todo su poder, pero rara vez le ponen atención a la responsabilidad que tienen. No se trata solo de escoger los temas candentes, de exponerlos de la forma más morbosa, filtrando las valoraciones subjetivas del periodista, y tratarlos de forma explosiva para aumentar ratings o ventas.

Si tienen el poder de poner los temas en la palestra y decidir qué es importante discutir y qué no, ¿cuesta tanto hacerlo en positivo? Si tienen la capacidad de investigar posibles delitos o graves actos de personas ¿por qué no se limitan a la exposición neutra de los datos y hacen sus valoraciones en los editoriales? ¿por qué buscan incidir de una vez en el ánimo de la gente desde la noticia?

Termino recordando como un pasquín, financiado con recursos públicos y que sí es una afrenta a todo lo que el periodismo ético y decente debería ser, dejó entrever que quien escribe esto, es un perverso fascista por solicitar que me indicaran los "criterios de objetividad" por los que se guían a la hora de escribir y publicar.

Si el periodismo nacional no acepta críticas, responde violentamente a ellas, las desestima por insignificantes, llega el momento de preguntarse "quis custodes ipsos custodiet" (quien cuida a los cuidadores)... vean que hasta al mejor mono, se le cae el Cerati.




miércoles, 6 de octubre de 2010

Para nadar con los tiburones: Sobre el liderazgo político y sus peligros

Hoy les dejo este maravilloso artículo, crudo, aterrizado y muy aleccionador de una de las mentes más brillantes que tenemos.

Como nota, debo señalar que para estar acorde con la "ley mordaza" (Código Electoral), tuve que eliminar una oración del primer párrafo del artículo.

Federico Ruiz W.
Politólogo

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Para nadar con los tiburones:

Sobre el liderazgo político y sus peligros

Kevin Casas Z.

Ex-Vice Presidente de la República

Hace algún tiempo, mi buen amigo Jorge Rodríguez me pidió contribuir con un texto al relanzamiento de esta histórica publicación, SURCO. Aparte de sentirme honrado por la solicitud, creí importante hacerlo. SURCO es ahora una publicación electrónica. Ya no debe, ni puede, publicarse de la misma manera que en sus primeros días. Eso sería condenarla al fracaso. Lo mismo pasa con las ideologías.

Pensé entonces en escribir una larga disquisición sobre el futuro de la socialdemocracia o, tal vez, uno de esos floridos textos que cantan loas a la juventud y su idealismo. Al final decidí hacer algo distinto, bastante más prosaico, pero también más genuino y útil. Quisiera en este texto transmitirle a jóvenes líderes como ustedes algunas enseñanzas prácticas sobre los peligros del liderazgo político. Estos peligros se mencionan con poca frecuencia, porque son la áspera contracara de las líricas invocaciones habitualmente empleadas para convocar a la juventud a asumir su responsabilidad con la patria. Cuando se le dice a los jóvenes que la política involucra los más altos ideales y se les llama a participar en su realización, se les dice una verdad a medias. No cabe duda de que hay ideales en la política, mucho más de lo que se imaginaría quien nunca ha participado activamente en ella. Pero la política también se hace con el barro de las ambiciones y las luchas por el poder, que son las más encarnizadas de todas. Negarse a aceptar esto es tan necio como infantil. Y si se trata de alguien que aspira a una posición de liderazgo, negarlo es simplemente suicida.

Sospecho que quienes esto leen conocen razonablemente bien mi paso por la política nacional, cuyo inicio fue casi tan inesperado y abrupto como su final. Por ello, no los cansaré con los hechos. Nomás interesa recordar que en febrero de 2006, a los 37 años, fui electo Segundo Vice-Presidente de la República, como parte de la fórmula presidencial encabezada por el Dr. Oscar Arias. En septiembre de 2007 fue sustraído de mi correo privado y ventilado públicamente un documento de mi co-autoría, cuyo contenido, en algunos aspectos, he lamentado desde entonces. Exactamente dos semanas antes del referéndum en torno a la ratificación del TLC con Estados Unidos, Centroamérica y la República Dominicana, renuncié, en medio de una gran tormenta política.

¿Qué lecciones pueden extraerse de mi experiencia y del episodio, personalmente muy doloroso, que concluyó con mi renuncia? Son muchas y de muy diversos tipos. Algunas las conocía desde antes de entrar a la política y lo que me tocó vivir simplemente confirmó mis intuiciones. Otras lecciones las aprendí desde cero en formas muy duras. Quisiera compartir aquí ocho de ellas. Tengo buenas razones para pensar que estos consejos le darán a casi cualquier persona una mejor oportunidad de sobrevivir frente a los tiburones que, con toda seguridad, nadan en la alberca de la política. De hecho, deben ustedes preocuparse mucho en el momento en que no avisten tiburones en la vecindad. Eso sólo quiere decir que no están haciendo nada que valga la pena atacar. Eso significa que son simplemente irrelevantes.

Primera lección – El poder formal no equivale al poder real. Las circunstancias más aleatorias pueden hacer que alguien les confíe un puesto, incluso un alto puesto, o que ustedes, sin buscarlo, lleguen a él. La autoridad, sin embargo, es un asunto enteramente distinto. La autoridad hay que ganársela. Nunca cometan el error de confundir su puesto en una organización con el poder que ostentan en ella. Si aspiran a influir en las personas para que hagan cosas que de otro modo no harían –esa y no otra es la esencia del poder—sólo tienen a su disposición los instrumentos de la convicción y la coerción. En otras palabras, deben ganarse su respeto o su temor. Ambos dependen de su reputación. Desarrollar una reputación es un proceso que depende de la acumulación de tiempo y de conductas, no del hecho puro y simple de ostentar una posición.

Segunda lección – El poder es una sustancia volátil. El poder político y los privilegios que vienen con él son sustancias extremadamente volátiles. Lo que Dios nos regala hoy, nos lo puede quitar mañana. Me sorprende la frecuencia con que las personas olvidan que en la política la suerte puede cambiar en un segundo. Darse cuenta de la transitoriedad del poder político tiene muchas implicaciones. Una particularmente crucial es que uno siempre debe tratar a las personas con respeto: jamás humillen a nadie. Hay muchas razones para ello, pero una importante es que una vez que ustedes pierdan su armadura –y eso pasará inevitablemente—aquellos polvos darán paso a los lodos más desagradables; toda humillación que hayan infligido se volverá contra ustedes. Siempre tengan clara la diferencia entre la identidad de ustedes como personas y su identidad como detentadores de una cierta responsabilidad pública. Nunca caigan en la trampa de creer que ustedes son la razón de todo el afecto que reciben, de todo el respeto que les es profesado y de todos los privilegios que disfrutan. Con seguridad casi todo aquello se desvanecerá como el rocío en el momento en que ya no estén ostentando una posición de poder. Mientras estén ocupando un cargo, tengan siempre un pie en la puerta y cultiven una vida satisfactoria más allá de su trabajo. Eso les protegerá cuando el poder se haya ido, en particular si ocurre un brusco cambio de suerte.

Tercera lección – Eviten la vanidad. Estar en una posición de liderazgo no implica ser siempre el más inteligente del salón o el centro de todo lo que ocurre. La vanidad nos expone; incomoda a quienes nos rodean y nos pone en la mira de los envidiosos. La vanidad nos hace hablar más de lo conveniente y cuando lo hacemos muy fácilmente nos metemos en problemas, habida cuenta de que una regla básica en la política es que todo lo que sale de nuestra boca y nuestra pluma va a ser utilizado para dañarnos. Fue la vanidad la que me convenció de que no sólo debía escribir un ácido documento para enderezar una campaña fracasada, sino también poner mi nombre en él para asegurarme que el Presidente supiera que yo lo había escrito. Eso se llama vanidad y es un pecado cardinal si se está en una posición de liderazgo. Con frecuencia ser líder implica callarse, preguntar, escuchar y esperar.

Cuarta lección – Tengan paciencia. No cabe duda de que mi rápido ascenso a la cúspide de la política nacional activó poderosas envidias de parte de muchos que sintieron que por largos años habían esperado su turno. En la política costarricense, con frecuencia esta gente son objeto de desprecio y se les denomina, con sorna, “los que están haciendo fila por un cargo”. Sin embargo, he llegado a la conclusión de que la institución de “la fila” tiene más sabiduría de la que usualmente le atribuimos. Si he de darle un solo consejo a un líder joven o a cualquiera que aspire a ser un mentor de líderes jóvenes, le diré que es mucho mejor tener un ascenso gradual hacia el liderazgo. Cuando se trata del liderazgo tengan mucho cuidado con los atajos. Un ascenso gradual nos permite aprender las reglas básicas del oficio a lo largo del camino. Asimismo, nos mantiene protegidos por más tiempo. Los inevitable errores que cometeremos sucederán cuando aún estamos bajo el radar, no bajo el reflector. Finalmente, y esto es crucial, un ascenso gradual nos permite forjar las relaciones y alianzas que pueden apoyarnos cuando el camino se pone cuesta arriba. Si llegan a tener la posibilidad de ocupar una posición de poder, en ese momento deben mirar dentro de sí y preguntarse si están listos para estar en la primera línea. Y si aún no lo están, entonces den un paso al costado, sin importar cuán grande sea la tentación frente a ustedes. El más básico de los preceptos socráticos continúa vigente: conócete a ti mismo. Al volver la mirada cinco años atrás, veo claro que aunque quizá estaba intelectualmente preparado para ocupar la Vice Presidencia, no lo estaba, ni remotamente, desde el punto de vista emocional y político. La tentación me hizo cometer un error. Por difícil que pueda parecer ahora, en aquel momento debí declinar cortésmente la oferta que mi hizo el Presidente Arias. Recuérdenlo: conozcan sus limitaciones y tengan paciencia.

Quinta lección – Expandan su base de apoyo. Ya he mencionado la importancia de forjar alianzas a lo largo de la ruta. Mi recuerdo dominante de los días del escándalo que condujo a mi renuncia es la total soledad en la que de repente me encontré. Hasta aquel momento mi único apoyo político había sido, en realidad, el del Presidente Arias. Eso era todo. No había tenido ni el tiempo ni la disposición para expandir mi base política. Probablemente consideré que tener un solo aliado muy poderoso era suficiente para llegar lejos. No podía estar más equivocado. Cuando la tormenta se desató caí en la cuenta, para mi horror, de que mi casa política estaba construida sobre un único pilar. Una de las tareas más cruciales para cualquiera que llegue a una posición de liderazgo es ampliar cuanto antes sus bases de apoyo. Cómo líderes ustedes pueden o no necesitar aliados super-poderosos, pero ciertamente necesitan muchos aliados.

Sexta lección – Dediquen tiempo a la reflexión. Cuando se es Vice Presidente y Ministro y se trabaja 16 horas al día, lo más probable es que para el final de la jornada uno no tenga una disposición reflexiva. Todavía recuerdo vívidamente la pregunta que un amigo politólogo, muy inteligente, me hiciera una cuantas semanas antes de que estallara el escándalo: “¿Qué querés conseguir jugando un papel tan visible en la campaña por el TLC?” No fui capaz en aquel momento de darle una respuesta coherente porque, en realidad, no me había detenido a pensar en ello. En el fragor de la batalla política terminé arrastrado por una delirante dinámica colectiva que dictaba que el tratado debía ser ratificado (o derrotado) a cualquier costo, lo cual, por supuesto, era una convicción tan estúpida como peligrosa. Es vital dedicar tiempo a pensar en lo que ustedes están haciendo, por qué lo están haciendo, qué están tratando de lograr y cuáles pueden ser las consecuencias. Parte de ese tiempo deben usarlo a solas. La política es una actividad que con gran frecuencia ocurre dentro de una burbuja, en la cual todas las voces se alimentan mutuamente la misma información, los mismos prejuicios y las mismas histerias. La presión del grupo opera en muy pocas actividades humanas con semejante intensidad. En consecuencia, es fácil tener por reales cosas que no lo son en absoluto. Escapar de la burbuja con regularidad es esencial para la claridad de nuestro pensamiento estratégico.

Sétima lección – Nadie es indispensable. Una de las trampas más comunes del liderazgo es el mito de la indispensabilidad. Tendrán multitud de voces a su alrededor que les dirán a todas horas que ustedes son irremplazables; que si no hacen ustedes las cosas nadie más las hará; que ustedes son los únicos capaces de enderezar la torcida madera de la especie humana. Todo ello es un peligroso espejismo, que nos conduce a comportarnos temerariamente. Puedo decirles con certeza que algunas de las personas que me persuadieron de la necesidad de asumir un papel muy visible en la campaña del TLC sabían exactamente lo que estaban haciendo; sabían perfectamente los enormes riesgos políticos que implicaba para mí entrar en una campaña terriblemente polarizada. Sabían que con gran facilidad podría tropezar y precisamente por ello invirtieron tiempo persuadiéndome de que era esencial para el gobierno que yo asumiera un papel más activo en la campaña. En aquel momento fui muy ingenuo, lo creí así y pagué un precio prohibitivo por ello. La percepción de indispensabilidad tiene otro destructivo efecto: nos convence de que acabaremos por ser protegidos de nuestros propios errores porque, en última instancia, no podemos ser sustituidos. Eso nunca es así. En mi ausencia el referéndum se ganó y la Administración Arias no sólo continuó, sino que hizo cosas notables por el país. A quienes estaban en el gobierno les fue estupendamente bien sin mí y, en esa medida, me obligaron a aprender una invaluable lección de humildad. El General De Gaulle llevaba razón: el cementerio está lleno de hombres indispensables.

Octava lección – No confíen en nadie. Hacia el final de la gran novela de Robert Graves, Yo, Claudio, el Rey Herodes visita a su amigo de infancia, Claudio, el recién coronado Emperador de Roma y último descendiente del gran Augusto. El consejo de Herodes para el ingenuo líder es muy directo: “No confíes en nadie, amigo mío, en nadie. No confíes en el más agradecido de tus servidores, ni en el más íntimo de tus amigos, ni en el más adorado de tus hijos, ni en la esposa que abrazas en tu pecho. No confíes en nadie.” Esta es, de hecho, la lección más importante de todas. Vivir de acuerdo con esta regla nos puede parecer brutal, pero ya es hora de que lo tengamos claro: el ejercicio del liderazgo y el poder no es para los débiles de carácter. Me tocó descubrir de la manera más severa la importancia de esta lección. Con gran dolor descubrí que cuando estamos en una posición de liderazgo la mayoría de nuestros amigos son falsos, pero nuestros enemigos, en cambio, son todos reales. Descubrí que en la mayoría de los casos nuestros peores enemigos están muy cerca de nosotros. De hecho, la capacidad de nuestros enemigos para hacernos daño es directamente proporcional a nuestra cercanía con ellos. Hay una lógica implacable en esta regla, pues son aquellos más cercanos a nosotros quienes mejor conocen nuestras debilidades y tienen acceso privilegiado a nuestra información más privada. No ofrezco aquí una receta para vivir paralizado por la paranoia y el temor, sino tan solo un prudente recordatorio de que la sed de poder hace a las personas, aun a las personas que creemos conocer muy bien, comportarse de la manera más impredecible.

Dejo hasta aquí estas reflexiones. No hay nada científico en estas ocho lecciones, pues en última cuenta no existe ciencia alguna capaz de desentrañar los misterios más profundos de la naturaleza humana. Para ello la poesía de Shakespeare es mejor que cualquier tratado. Aún siendo tentativas estas lecciones, pienso que hubiera estado muy agradecido si alguien me las hubiera transmitido antes de aventurarme en la política. No hay en esto afán de reclamo ni desilusión. Como lo advirtió el gran dramaturgo griego Esquilo, “la recompensa por el sufrimiento es la experiencia.” Y eso, en verdad, me parece un buen trato, por cuanto el sufrimiento se desvanece, pero la experiencia se queda con nosotros. Y no existe ningún tiburón, por grande que sea, que nos la pueda arrebatar.